¿Realmente, hemos venido a este mundo a sufrir?
Te cuento algo que me ocurrió una vez con 20 años. Estaba reunido con mis amigos y yo no paraba de quejarme. Me quejaba de lo que estaba pasando, de mi situación, del entorno, de los políticos, de la vida, me quejaba de todo… Uno de ellos se acercó a mí, me miró y me dijo con condescendencia y dándome una palmadita en la espalda: “Tranquilo hemos venido a este mundo a sufrir”. Ayer mismo, en una formación que tuve por la tarde, visualicé ese momento de mi pasado. (Menudo anclaje). Hubo en mí un momento de catarsis mientras recordaba lo acontecido ese día. Un clic que me hizo sonreír al revivir esa situación desde la perspectiva de hoy. Me ayudó el verla desde la posición del observador, del que me observa y observa al otro, a mi amigo e interlocutor desde una tercera persona, desde otro ángulo. Observándonos a los dos al mismo tiempo. Ver donde estaba, como era el momento, que sentía, que había alrededor, mis reacciones, mi condescendencia conmigo y con él. La compre